El espectáculo era bastante patético, porque había arrinconado a los escépticos en una esquina de recinto bastante triste, con una megafonía pésima y al final casi no había nadie para escucharlos. Yo sentía curiosidad por escuchar a Luis R. González, porque he seguido durante años sus comentarios bibliográficos en Cuaderno de Ufologia, pero parece que González, cansado de ver como Ballester Olmos, Ares de Blas, Luis Alfonso Gámez, Javier Armentia y sobretodo Miguel Angel Sabadell se estaban forrando con sus conferencias, libros, artículos, etc, ha decidido escribir su propio libro, y se vino a Euskadi a ver si vendía unos cuantos.
Por mucho que Gámez se esforzó en la presentación por convencernos de que lo comprásemos, ese y los de los demás participantes en las jornádas que iban a vender sus libros, la charla de González fue tan ridícula que yo no pude quedarme ni hasta la mitad... Tembloroso, balbuceante, inseguro de lo que decía, González intento argumentar que los ovnis no existen, utilizando el viejo recurso de escoger los casos mas absurdos y ridículos, y sobretodo de contenido sexual (viendo la cara de sátiro del conferenciante no es difícil imaginar porque), y pretendiendo traspolarlos a la generalidad. Como el argumento fascista de que todos los vascos somos terroristas porque algunos vascos lo son.
Pero lo genial de González fueron sus argumentos para desacreditar el fenómeno. Por ejemplo, la encuesta de Bud Hopkins para localizar abducidos... Atención al argumento: "Un experto elabora una encuesta con varias preguntas de control para localizar personas que hubiesen podido haber teneido una experiencia OVNI y haberla olvidado conscientemente. González dice que las preguntas de esa encuesta no demuestran un contacto OVNI sin un delirio cualquiera... ¡¡porque el mismo puede responder afirmativamente a todas ellas!!. Ja,ja,ja... reconocereis que al menos González es sincero... es el primer escéptico que reconoce su patología. Aunque teniendo en cuenta que González no es médico, ni tiene ninguna formación médica, es divertido escucharlo decir que es o que no es patológico. Pero ya sabemos que hasta un periodista puede saber más aeronaútica que un piloto, si dice que los ovnis son una tontería. Eso es lo politicamente correcto.
Otra de las mejores tonterias del trozo de conferencia que escuché, es otro de esas estupideces que todos los escépticos repiten una y otra vez, conviertiéndolo en argumento "científico". Decía González que los ovnis no existen, porque antes de que existiese la primera abducción, ya había comic de ciencia ficción que hablaban de secuestros por extraterrestres... Solo hay que echar un vistazo a la historia de la ciencia ficción para descubrir que, según el arguménto escéptico, el viaje a la luna, la carrera espacial y hasta los aviones, son un mito... porque la ciencia ficción ya especuló con esa posibilidad a principios del siglo XX... Ante tonterías como estas preferí irme a disfrutar del pabellón de astronaútica. Uy, lo olvidaba, si eso no existe, porque Julio Verne ya había escrito que el hombre llegaría a la luna... luego toda la carrera espacial es una estafa de un grupo de vividores...
Menos mal que ni dos decenas de personas, la mayoría miembros de la misma organización de la Semana o del mismo grupo escéptico, escucharon tanta tontería... La Semana de Ciencia ofrecía cosas mucho más interesantes...
1 comentario:
Por citar a un clásico, “yo no soy tonto” (Media Markt)
Me he tropezado con este blog por casualidad y, aunque con varios meses de retraso, creo que no debo dejar que esta entrada quede sin respuesta, más cuando su autor confiesa ser uno de mis lectores.
No me considero tonto pero, más importante aún, no considero que las abducciones sean tonterías ni que sus autores sean, mayoritariamente, tontos. No hay peor sordo que el que no quiere oír, y el autor de este comentario es un claro ejemplo: nada de lo que me atribuye es correcto. Cualquiera puede juzgar por si mismo, escuchando entera mi charla aquí: http://blogs.elcorreo.com/magonia/category/conferencias-video (ver entrada del 9 Dic 2008)
Es cierto que mi charla fue temblorosa y balbuceante, después de todo era la segunda que daba en toda mi vida… y al menos ésta conseguí acabarla. Pero mis motivos para darla (y para escribir el libro en que se basó) no eran económicos (a día de hoy no he cobrado nada por ellos) ni inseguros (llevo más de 30 años siguiendo el tema). Al grano, veamos mis “tonterías”.
Se me acusa de utilizar argumentos fascistas seleccionando el material y extrapolando sesgadamente. Sería el primero en felicitarme si los ufólogos creyentes fuesen capaces de renunciar a algunos de sus ridículos casos y reconociesen que algunas historias de abducción no tienen nada que ver con entes no humanos. Pero, como digo en mi libro, ello resulta imposible, todos los casos contienen algún detalle absurdo o ridículo, y no han conseguido determinar ningún criterio sólido para distinguir los casos reales de los falsos. Y yo no he sido quien ha hecho hincapié en su contenido sexual, se remonta a Hopkins y a Vilas Boas.
Contestando afirmativamente a todos esos supuestos síntomas de abducción, ni pretendía reconocerme como abducido (“en negación”, claro), ni los consideraba pruebas de un delirio o patología cualquiera. Simplemente demostraba que esas preguntas NO medían lo que pretendían sus autores, y por tanto, cualquier extrapolación realizada a partir de las mismas es errónea. Si cualquiera que haya soñado que vuela o ha fotografiado una mota de polvo con un flash puede ser clasificado como abducido, es evidente que ese cuestionario no es un instrumento fiable ni preciso.
Por si hace falta decirlo, los ovnis SI existen. Lo que descarto es que se trate de naves extraterrestres tripuladas. Y sí, para mí, resulta muy revelador que todos y cada uno de los detalles de las abducciones (desde los grandes temas como el plan de hibridación alienígena hasta los detalles más específicos y concretos) hayan aparecido antes en obras fruto de la imaginación humana. Yo no necesito ir más allá para considerar que las abducciones no dejan de ser otra forma de ficción humana. Sobre la carrera especial y el viaje a la Luna disponemos de pruebas tan palmarias y abundantes que nadie en su sano juicio puede negar su existencia, ¿dónde están esas pruebas –del mismo nivel de calidad y fiabilidad- para que podamos hacer lo mismo con las abducciones? Sigo esperando.
Luis R. González
autor de "Las abducciones ¡vaya timo!"
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